La futurista y cienciaficcionista serie Black Mirror nos sorprende con historias no muy lejanas a la realidad actual.
Si todavía no viste el capítulo Be right back, te advierto que va a haber spoilers.
En él, Martha tiene la oportunidad de “no tener que decir adiós”, reviviendo a Ash -no aceptando su pérdida- su pareja que muere en un accidente automovilístico ¿Cómo lo revive? Accediendo a un clon idéntico al difunto Ash.
Martha hizo a un lado la muerte y se comporta durante todo el capítulo como si las cosas fueran distintas a la realidad. Porque termina no creyendo en la muerte de Ash, y es por eso que termina matando a la muerte, haciendo de cuenta que él es inmortal.
Pareciera que la única herramienta que tiene Martha es esta aplicación de realidad virtual que no le permite tener registro de que Ash no existe más, sino que por el contrario, le hace creer que nunca lo perdió.
Martha niega la realidad que le toca por suerte, accediendo al clon de Ash y desarrollando mecanismos de defensa tales como: 🤖 La idealización: el clon por el que ella pagó es una versión mejorada de Ash, hace lo que ella quiere, hace lo que ella dice, es más lindo, es más suave, su erección es instantánea, satisface más a Martha que el verdadero Ash. 🤖 La negación: otro mecanismo de defensa -por excelencia- que observamos en Martha, creando un nuevo Ash con las mismas características del difunto, negando su muerte, creando, vía alucinación, que él mágicamente “vive” a su lado.
Sustituyendo a un Ash por otro Ash, Martha optó por el plástico y los engranajes, antes que la carne y las emociones. Y ahí radica el problema: intentar reemplazar algo que es en esencia inimitable (un ser humano, con todas las dimensiones y niveles de complejidad que esto abarca) por una sofisticada copia física y robótica del original.
Sin embargo, Martha nunca logra aceptar que perdió a su pareja: cuando pareciera que ella entendió que nunca va a haber nadie idéntico a Ash, nos sorprende la última escena en la que -muchos años después- tiene encerrado al clon en el altillo de su casa. Martha optó por no tener que atravesar el duelo de la muerte de Ash, negando la realidad
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