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SÍNTOMA


[Cuando un síntoma no tiene causa médica se relaciona con algo emocional]


La etiología del síntoma es un trauma psíquico entendido como vivencia teñida de afecto.

Y los síntomas se producen al estar afectados por el lenguaje ~Estamos determinados por el modo en que hemos sido hablados~ es por eso que el síntoma es rico en sentido y se entrama con el vivenciar de la persona que lo padece. En resumidas cuentas, a un síntoma no se lo tiene: se lo encarna: un síntoma es conflictivo. Y ante un mismo efecto traumático, existen distintos efectos subjetivos. Es por esto que hay distintos modos de padecimiento...


Un síntoma puede aparecer en el pensamiento: como un pensamiento que insiste y se impone, perturbando a la persona que lo padece: “yo sé que este pensamiento es absurdo, pero no puedo dejar de pensarlo”.


El síntoma es entendido, no como algo objetivable, sino como algo que puede instalarse también en el cuerpo, como un objeto extraño.


Sin embargo ¿Por qué hay veces que la persona se aferra a sus síntomas?

Pareciera que hay una satisfacción allí en el padecer, y que el sufrimiento en sí mismo es una satisfacción: hay una tendencia a repetir lo displacentero.

Es así como se puede hablar de satisfacción en el padecimiento, lo que haría referencia a que en el síntoma existe una satisfacción paradójica.

Es en este sentido que no se puede desmantelar el padecimiento tan fácilmente: porque está sostenido en una satisfacción.

El síntoma es padecimiento por un lado y satisfacción por otro ¿Por qué? -> La defensa produce el inconsciente, y en ese sentido, la defensa es exitosa porque reprime lo displacentero; pero también tiene una cara de fracaso: la defensa es exitosa porque consigue reprimir el representante psíquico que genera displacer, pero el monto de afecto se desplaza y retorna de manera desfigurada: la verdad de lo que fue reprimido se presentará retornando de desplazada y desfiguradamente. La cara del éxito de la defensa vendría a ser la represión. Pero luego tenemos el retorno de lo reprimido, bajo la modalidad de su fracaso: EL SÍNTOMA.


El análisis apuesta porque ese síntoma que supuestamente no significa nada, eso molesto que se le presenta a la persona, en realidad es una puerta que necesita ser abierta: se espera que ese síntoma diga algo -porque la palabra es el sustituto de la acción- y porte un saber -obviamente ese saber está del lado del paciente, es algo que únicamente sabe él- porque el síntoma no está ahí porque sí.






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